La playa es ese mítico paisaje que solo refleja paz y armonía. Es el primer lugar que evocas cuando piensas en tranquilidad y desconexión. Además, significa para muchos un viaje de nostalgia a los mejores recuerdos del pasado. De una manera u otra, este paisaje deja su huella irremovible en quienes la visitan.
Las vacaciones en este ambiente siempre son inolvidables. Nada mejor que tomar el sol en la arena y olvidarte de todos tus problemas. Para quienes buscan desconectarse de los inconvenientes de la vida diaria, este es el sitio indicado; sólo debes relajarte, tenderte boca arriba, cerrar los ojos y dejarlo todo atrás.
¿Qué la hace tan única?
Todos nos hemos visto asombrados con ese primer vistazo a la inmensidad del océano. El sentimiento de temor y pequeñez que se apodera de nosotros al presenciar ese espectáculo es inexorable. La majestuosidad del mar que se cierne ante nuestros ojos es indescriptible y arropadora.
Los aromas del mar son únicos y cautivadores. La fragancia salada que indica el fin del camino simboliza el comienzo de una gran experiencia. La arena bajo tus pies y el cielo despejado y abrazante te conducirán por un viaje que librará tu mente de circunstancias y pesares.
El bienestar de visitar este maravilloso lugar te regocijará. La vista del atardecer, así como el sonido de las olas chocando contra la orilla se apoderarán de ti. Una vez hayas llegado, no querrás dar marcha atrás.
Diviértete surfeando las olas, construyendo castillos de arena o solo caminando por los alrededores. Alquila un paseo para que conozcas las bahías circundantes. Independientemente de la costa que elijas, las vistas siempre serán increíbles.
Por otro lado, la playa es hogar de la auténtica comida marina. Consiente a tu paladar con los pescados y mariscos más frescos que puedas comer. Refréscate con el agua de coco y prueba las mejores combinaciones de los productos del mar. No te niegues el placer de degustar un plato de crustáceos, un ceviche o una rueda de merluza. Depende de ti.
Por si fuera poco, el agua salada tiene propiedades rejuvenecedoras y exfoliantes. Puedes ahorrarte tranquilamente esa visita al salón de belleza y dejarla para otra ocasión.
Las noches de estos parajes son inolvidables. Deslúmbrate con el cielo más poblado de estrellas, goza de la brisa nocturna y pasa una noche fuera del hotel. Enciende una fogata con tu familia o amigos y acércate a la naturaleza como nunca antes.
No esperes más para ir a la playa. Empaca tu mochila, haz tus preparativos, reúne a tus allegados y concédete ese tiempo de relajación que tanto necesitas.